Diabetes

La diabetes tipo II, a pesar de tener una importante base genética, en la mayoría de los casos está condicionada por factores ambientales y el estilo de vida. Se estima que el 60% de los diabéticos padece obesidad, casi la mitad tiene problemas de hipertensión arterial, el 30% son fumadores y un 70% no realiza ningún tipo de actividad fisica por eso se acuña el término diabesidad (combinación de diabetes y  obesidad)

     En CCIMA, Carter center for Integrative Medicine and Ant-Aging, consideramos que todo tratamiento para la diabetes tipos II debe ir acompañado de un estudio exhaustivo de los factores hereditarios y ambientales, particularmente del estilo de vida que interveiene en la fisio-patología de la enfermedad y sus cormobilidades como son  la retinopatía, neuropatías, nefropatías o problemas cardiovasculares asociados.
La diabetes tipo II es una enfermedad metabólica caracterizada por altos niveles de glucosa en sangre que puede deberse a una resistencia a la insulina o por una deficiente secreción de insulina por parte del páncreas. Según la fase en la que se encuentre la enfermedad, el tratamiento puede consistir en una educación nutricional específica para controlar la diabetes y ejercicio físico, fármacos hipoglucemiantes o en última estancia insulinoterapia.

     La Medicina Integrativa -unnuevo modelo de trabajo a partir de la medicina científica occidental para tratar enfermedades crónicas-  considera que el tratamiento del paciente con diabesidad debe ser global, abordando los aspectos hereditarios y ambiental del individuo, incluyendo los biológicos, psicológicos, sociales del paciente.
Un cambio en los aspectos nutricionales y del estilo de vida del paciente son fundamentales para controlar la evolución de la enfermedad. Existe, además, determinados suplementos de la nutrición ortomolecular o de la fitoterapia que pueden ayudar a mejorar la tolerancia a la glucosa,  los problemas metabólicos asociados y reducen la  medicación. Debido al papel que cumple la inflamación en la fisiopatología de la enfermedad y el riesgo cardiovascular , nosotros tenemos en cuenta el abordaje de la inflamación en forma interdisciplinaria.
Además de conseguir normalizar los niveles de glucosa, verificar marcadores de inflamación y el riesgo cardiovascular, se debe  elaborar un programa global donde la nutrición sea esencial, en donde se incluya una alimentación  antiinflamatoria, un programa de actividad física terapéutica adaptado para cada persona, brindar recursos para el control del estrés y realizar un tratamiento integral que ayude a prevenir las la enfermedad cardiovascular y el trastorno del ánimo.

Aunque los antidiabéticos orales y el empleo de la insulina son útiles en el control de la glucosa, solo un tratamiento integrativo y encaminado a cambiar los hábitos de vida a un estilo de vida saludable garantizan la efectividad del tratamiento y, sobretodo, logra prevenir el envejecimiento o estrés oxidativo y la enfermedad cardiovascular.

Sabemos que llevar un estilo de vida saludable requiere convicción y disciplina mental,  pero es la única vía permanente no farmacológica a utilizar. Por ello ponemos tanto énfasis en este aspecto.